Enero 2024, un nuevo comienzo, otra oportunidad más para renovarnos, cuidarnos, reforzar nuestras fortalezas, revisar limitaciones, analizar opciones, tomar decisiones, elegir, actuar.

Y ese actuar al que hago mención requiere, sin duda, conocimiento e imaginación.

Conocimiento de nuestras circunstancias personales y realidades ambientales e imaginación para diseñar mentalmente nuestros proyectos y posibles campos de acción.

Tan importante como lo anterior es la voluntad y la decisión, ese sentir que deseo y puedo hacer lo que quiero hacer, entre las múltiples opciones de lo que parece pueda ser hecho.

Complejo y por demás interesante, como todo lo que compete al ser humano. A veces es bueno filosofar un poco, jugar con las ideas y palabras, pero solo un poco, pues no podemos perdernos en ellas corriendo el riesgo de dejar dormida la voluntad de actuar y elegir entre lo real y lo posible.

En algunas ocasiones, la impulsiva necesidad de actuar, supera a la paciente virtud del conocer. Entramos en senderos cruzados, conflictos, caminos poco amables y nos frustramos, sentimos que no valió la pena, que no hay salida, que el fracaso esta rondándonos.

Otras ocasiones, más frecuentes, actuamos en función de probabilidades, elecciones voluntarias con cierto grado de incertidumbre, válida y manejable, incertidumbre existencial que forma parte de nuestra libertad para ser y hacer.

La voluntad de actuar no puede ser infinitamente aplazada por pensamientos intrusivos o presiones del afuera, hay que tener valor para elegir, pues de lo contrario entraríamos en un ciclo de eterna procrastinación, cuyo amargo sabor puede hasta convertirse en un estilo de apática existencia.

Tomemos pues conciencia de este nuevo tiempo, de esta apertura, de esta oportunidad de elegir la vida, nuestra vida.

Conoce, delibera, valora y decide vivir a plenitud, si crees que necesitas apoyo, pregunta, siempre habrá quien te acompañe y guie en tu búsqueda personal.

Cada día es un regalo.

Agradece y ten el valor de elegir VIVIR.