La Pandemia , considerándola como un acontecimiento vital estresante, ha detonado en muchas personas, conflictos emocionales y trastornos de ansiedad.
Sabernos solos en casa, aislados del hasta entonces conocido y seguro entorno socio- laboral, puso en riesgo nuestro sentido de pertenencia y sano apego.
Comenzamos a dudar , a cuestionarnos a nosotros mismos , preguntarnos por qué y para qué. Esta situación inesperada y desconocida , nos enfrentó con nuestro Yo como única compañía, desatando nuestra ansiedad al percatarnos imbuidos en tan repentina y compleja tarea.
No estábamos listos para ello . Cuando más, aquellos con una fuerte base de autoestima podían lidiar con la imagen matutina en el espejo que preguntaba cómo sería el nuevo día .
Nos tocó recomponernos , redefinirnos como individuos en soledad , a pesar de tener esa constante necesidad – tan humana – de sentirnos protegidos cuando estamos en crecimiento personal.
Tuvimos que ponernos a derecho , respirar profundo y reiniciar nuestras vidas acompañadas de nosotros mismos. Nunca antes habíamos valorado tanto el amor propio , la auto aceptación con todas nuestras fortalezas y limitaciones .
¿Ansiedad ?. Sin duda !. El cuadro completo : imnsomnio, trastornos de alimentación , angustia , comportamientos erráticos , pensamientos catastróficos …y un miedo tremendo a estar a solas con ese Yo, aun desconocido.
Se tambaleó nuestra autoestima, fallaron nuestras capacidades para reforzar nuestra identidad y nos sentimos en conflicto casi permanente.
Pedimos ayuda , lo resolvimos o tal vez seguimos resolviéndolo …
Cambiamos de perspectiva, pusimos el foco en nosotros mismos, nos validamos emocionalmente , pusimos nombre a nuestros sentimientos , hablamos de nuestros miedos para poder manejarlos y decidimos salir de esta prision psíquica y seguir adelante .
Abrir ventanas , no solo para ventilar nuetros espacios físicos sino para escribir – nunca mejor dicho- nuevas vías de comunicación, nuevos patrones de intercambio con el afuera .
Aquel “ ser en el mundo” , filosofía humanística de siempre , se transformó en un “ soy conmigo y los otros “. Un nuevo modelo de pensamiento.
Todo está cambiando y nosotros igual ,aún cuando nos sintamos un poco desamparados afectivamente y estemos en proceso de manejar nuestra adulta ansiedad de separación ante las transformaciones de los patrones preexistentes.
Habiendo elegido estar en paz y en control de nuestras emociones , con o sin apoyo profesional externo, y validando el amor propio como escudo protector de nuestro yo, estamos aprendiendo a aceptarnos con habilidades, fortalezas y carencias, generando recursos para preservarnos en este viaje de crecimiento personal al cual nos tuvimos que enfrentar , sin previo aviso, a partir de Marzo del 2020.
Respetando los dolores , tristezas y pérdidas de cada uno de nosotros durante todo este tiempo de crisis, procuremos no ahogarnos en un mar de quejas, salir a flote y seguir remando a buen puerto, sabiendo que tenemos un tesoro interior, una fuerza indomable que nos permite salir del conflicto y aprender con las crisis.
De eso se trata la vida , de una constante reformulación personal con tendencia positiva al crecimiento.
Vivir es un viaje hacia el encuentro con lo mejor de nosotros mismos.