¿Será tristeza o depresión? La tristeza, ese velo que en ocasiones nos envuelve el alma, nos aprisiona y amenaza con quitarnos la respiración …

Esa penumbra que oscurece algunos días, ese pesar que nos asalta, horas más, horas menos y especialmente al atardecer, cuando el sol se oculta…

Es que la tristeza tiene sabor a despedida, un retro gusto de adiós para siempre …

Y es allí, cuando abrazamos nuestro duelo, cuando lloramos nuestra pérdida, cuando lamentamos aquel error, la tristeza se va!. Esta queja del alma, amarga y sonora, se disipa al confrontarla. Uno se despierta un día e inesperadamente nos sentimos retomando el sentido de vivir con gratitud. A veces permanece, en lo más profundo, un sentimiento agridulce que, lejos de hacer daño, se va convirtiendo en nostálgico recuerdo. Y sobrevivimos, seguimos. Ya pasó todo, todo pasa.

La depresión no es así. Puede que comience de la misma forma y por ello no se le da la relevancia que requiere. Un estado de melancolía o tristeza prolongado en el tiempo amerita más atención. Hay que revisar si aparecen otros síntomas tales como alteraciones en los patrones habituales de sueño y alimentación, desesperanza, tedio, decaimiento, desgano, desinterés, ansiedad, angustia. La persona deprimida no encuentra distracción en aquellas actividades que usualmente practicaba, nada le complace, se ve indiferente ante situaciones y personas, comienza a descuidar su aspecto físico, su entorno, pareciera «vacía» .

La depresión nos arropa, nos arrastra y nos hunde. Irrumpe en nuestras vidas sin causa aparente y nos daña, asi como tambien hiere a aquellos con quienes convivimos.» Anímate, vamos a salir, sonrie, mira que hay gente que está muy mal» etc. , suelen ser las frases de aliento que, con la mejor intención, le dicen a quien perciben triste o deprimido.

La depresión es otra cosa ( cosa, sustantivo que irrespeta la elaborada y compleja condición de este transtorno ). Es la resultante de variables psicológicas, fisiológicas y ambientales que inciden negativamente en la persona condicionando su bienestar. Por tanto sus manifestaciones, en cada uno, serán diferentes, como individualizado ha de ser también el tratamiento.

Este transtorno, a diferencia de la tristeza ocasional, amerita cuidados específicos a nivel farmacológico y psicoterapéutico. No es suficiente la compañía afectiva y el estímulo del entorno, hay que buscar apoyo profesional interdisciplinario, consultar con especialistas a fin de alcanzar un nuevo patrón de equilibrio emocional.

De un bajón o período de tristeza salimos solos, es parte de la vida, muchas veces el afecto de nuestro nucleo familiar hace posible el éxito en la batalla, es como estar en la orilla del mar, nos lancen un flotador y salir entre las olas llegando a la orilla.

La depresión es como estar en el océano, solos, sin fuerzas .

Consultemos, pidamos ayuda profesional y superaremos esta adversidad.

Pensemos que la vida es en sí misma un regalo y un corazón agradecido es un imán para todo lo extraordinario y maravilloso.